viernes, 9 de mayo de 2014

Si no hago nada ahora, ¡Podría Morir!

En uno de mis frecuentes momentos de esparcimiento mental, mi mente divagaba como acostumbra a hacerlo;

- ¿Disculpe señor, tiene de estas en otra presentación?
- No, lo que ve hay es todo lo que hay
-¿Pero al menos podría ver si queda algo en la bodega?
-señora, lo que ve hay es lo que hay, (si estúpida, como si fuera a interrumpir mi trabajo, para ir a buscar algo solo porque usted así lo quiere, aun sabiendo que no voy a encontrar nada.)
-Hmm, pues gracias, es usted muy amable.

Ese tono sarcástico con el que pronuncio las últimas palabras me hizo darme cuenta, y de pronto, recordé mil momentos como ese, soy un maldito bastardo, no era mucho de mi tiempo, y era muy probable que SI tuviera algo en la bodega, pero algo dentro de mi sintió un odio entrañable cuando aquella señora se acerco a mi amablemente.

¿Qué mierdas me está pasando?, ¿en qué me he convertido?, soy un hijo de puta en todo el sentido de la expresión, bueno, es decir, siempre he sido un marginado, las reacciones un tanto apáticas no son de extrañar, pero, ¿esa sensación que sentía de mandar a la mierda a esa señora que ni siquiera conocía y tenía buenas intenciones?, ¿por qué?.

Creo que el ambiente hostil me ha convertido en alguien hostil, el mundo tan toxico y nocivo para las almas nobles, se introduce en nuestros cuerpos y se aferra a nuestras almas, diluyendo sus hermosos colores, y convirtiéndola en un pequeño agujero negro del que nada ni nadie puede escapar, mi ser se apaga lentamente, ya no soy quien solía ser, aquel chico tímido y temeroso, que soñaba con mil aventuras, se transformaba en un monstruo, lleno de odio, resentimiento, de ira, no sé si odio al mundo por convertirme en esto, o a mi mismo por permitirlo.

Si aquel pequeño niño temeroso viera la mierda en la que me he convertido, seguro se suicidaría, y es que no he logrado nada de lo que él quería, mediocremente he cumplido sus fantasías menos especiales, y sus más grandes sueños se han convertido en imposibles...

Luego de que la señora se marcho, agache la cabeza y lentamente cerré los ojos, sin pensar en que probablemente alguien me estaba observando, y de pronto estaba en un lugar totalmente oscuro, no lograba ver que tan grande era, pero sentía que podría caminar durante horas y nunca encontrar un final, y frente a mí se fue formando la silueta de aquel niño, lo reconocí, era yo.

-Me das asco, mira en que te has convertido, de por si éramos patéticos, pero mírate ahora, ¿donde están los demás? ¿Ves alguien a nuestro alrededor?, ¡NO HAY NADIE!, solos, como siempre, como en un inicio, nunca tuvimos a nadie más que a nosotros mismos, y ahora inclusive eso se aleja, ¿quién eres?, ¿acaso seguimos siendo el mismo?.

Pues no, ya no somos el mismo, todos se alejan de ti, y ahora inclusive yo me alejo de ti, de tu propio ser, ya no te reconozco, dejaste que la soledad se apoderara de tu alma y nublara tu razón, ¿qué paso con amarlos a todos sin importa cuánto nos hirieran?, ahora eres como ellos, todos te ignoraron siempre, y ahora tu me ignoras a mí, me estas matando, te estás matando, vamos a morir si no le damos un giro a esto, debemos luchar.-

-¿pero como pretendes que lo haga?, si mis ganas de lucha son tan solo motivos de fuerza para que la vida intente tumbarme nuevamente, siempre poniendo algo o alguien frente a mí para herirme-

-No son los demás, eres tú mismo el que ha creado a esos demonios que te lastiman, que hoy no te dejan ser feliz.-
-¿y cómo me deshago de ellos?
-exorsisandolos.

Y de pronto, aquel niño mando su mano al bolsillo, y saco una pluma.


-Toma, escribe, plásmalo todo de alguna manera, que tus demonios salgan lentamente, no escribas para alguien más, escribe para ti, para sentirte mejor, para que cada día des un paso más  hacia atrás, hasta llegar a aquel punto del que partimos, hasta que volvamos  a ser uno solo, aquel chico que compartió y aprendió de la soledad, para convertirse en un ser más sabio, busca la felicidad, por favor, lucha, no me dejes morir...